Si tú saltas, yo salto; si tú te quemas, yo ardo; si a ti te pegan un tiro, yo sangro; eres lo más bonito que tengo alrededor, la única razón que tengo para seguir luchando eres tú, nadie puede darme lo que tú me das, que los demás no lo saben todo, no saben lo mucho que te quiero. Que aunque me fuese, ¿crees que podría olvidarme de ti?.

dimanche 13 mai 2012

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de sus caderas.


Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da, por eso, eso que me cuentas de que ''mírale cómo bebe las cervezas'' y ''cómo se revuelve sobre las baldosas'' y ''qué fácil parece a veces enamorarse'', todo eso de que él puede llegar a ser ese único puto motivo de seguir vivo, y a la mierda con la autodestrucción, todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día en que me dio dos besos, y me dijo su nombre, no sabes lo que es despertarte y que él se retuerza y bostece, luego te abrace, y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo. Que sé cómo agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior, que conozco su voz en formato susurro y en formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices, y el sitio donde le tienes que tocar en el Este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas, y la forma en que roza las cuerdas de una guitarra. Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones, y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no sólo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna, y mira que hay tontos enamorados en este mundo... Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente él, rendido a ese puto milagro que supone que exista. Que le he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos, y le he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que le puso el camino, y le he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de ''mira sí, un polvo es un polvo'' y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas, y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo, que yo escribo sobre lo mismo, sobre el mismo, que razones tenemos todos. Pero yo, muchas más que vosotros
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